Como si, juegos de taller, novela colectiva
Como si empezó como un juego. Un Juego de taller.
Había que inventar un personaje, caracterizarlo, darle un pasado, encontrar un objeto significativo en su vida, volver hasta su cumpleaños número cinco. Hasta allí, todo bien. Pero después...
Los personajes, como generalmente ocurre, hicieron lo que quisieron, y sus vidas empezaron a entrelazarse. Hubo confluencias de todo tipo. Desde encuentros casuales hasta algún hijo no buscado, aunque sí querido.
Y empezaron también para nosotras, sus creadoras, las ligazones impensadas antes del inicio de esta aventura, porque Dolores, Carolina, E. D., Francisco, Roberto, Saverius y la inefable niña blanca, pasaron a formar parte de nuestros días y fueron motivo de más de un insomnio.
Ahora son libro. Veremos qué surge de este nuevo cruce, esta vez, en el camino del lector.
No entendés la vida, Natalia, cuentos
Por los cuentos que integran esta antología, desfila una galería de personajes, en papeles protagónicos o secundarios, de Natalias y algún Natalio, que pueden llamarse de cualquier otra manera o no revelar sus nombres, y que no entienden muy bien dónde están parados. Por propia incapacidad, porque no hay mucho que entender, porque la vida realmente cambió. O porque el mundo será siempre para el hombre materia incognoscible, lugar para el asombro o la incertidumbre.
Frente a los que no entienden, se sitúan los que creen entender. “Tu madre es vieja, hija, pero todavía razona y algo entiende de la vida...”, dice la protagonista de “Desalojan al señor François”. Sin embargo, ellos también revelan, a través de sus acciones, no estar menos desorientados.
Se sale de estos cuentos con una sonrisa un poco amarga y una mirada escrutadora de Natalias.
Donde acaba el mar, poesía
Aproximarse a Homero es siempre volver a él, como quien ha partido y regresa.
“Con los libros famosos, la primera vez ya es segunda, puesto que los abordamos sabiéndolos”, nos recuerda Jorge Luis Borges en Discusión.
Homero, el gran Homero, maestro de maestros.
Los poemas que me salieron del alma mientras estudiaba la obra, fueron organizados siguiendo el curso de los Cantos, con epígrafes extraídos de estos. Tratan de ser una emocionada guía de lectura. A mí me encantó escribirlos. Espero que a alguien le interese leerlos.
Dejamos la casa, nouvelle
Jean Pouillon diferencia la nouvelle de la novela no solo por su extensión en número de páginas, sino porque, al revés de la novela, que realiza un corte longitudinal en la vida psicológica de los personajes, la nouvelle practica un corte transversal, para poner al desnudo una capa de vida sin principio ni fin, una forma inconclusa.
Dejamos la casa arranca en el momento del desgarro, del desprendimiento, en el instante mismo en que los personajes abandonan su hogar y se lanzan al mundo. Pero ¿qué casa están dejando y qué mundo es ese que señala en el mapa la protagonista? ¿Dónde, cuándo y cómo terminará el viaje?
Alucinada aventura de dos seres, en un viaje inexplicable.
“Tuve la sensación de que la pesadilla que se había iniciado cuando tomamos con Patricio aquel maldito tren estaba a punto de terminar. ‘Ahora voy a abrir los ojos y voy a estar en casa’, pensé”.
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